miércoles, 31 de julio de 2013

Persiguiendo sombras

Incluso en los días de más soledad en el Camino, siempre nos acompaña, silenciosa e incansable, con esa versatilidad que le permite guiarnos y a la vez seguir nuestros pasos. No hay recopilación de fotos del Camino de cualquier peregrino que no cuente con una foto en la que ella sea la protagonista.

Muchos aseguran que huye de la lluvia más rápido que los gatos, pero en cuanto el sol está castigando nuestras espaldas, allí vuelve a nuestro encuentro.

Su tramo favorito es la meseta palentina, le encantan esos campos de trigos y los árboles que, por su disposición, dan sombra y cobijo a los campos recién sembrados, y torturan al peregrino que no encuentra descanso bajo el sol.

Nuestra sombre en el Camino, reflejo de lo breve que es nuestro paso por el mismo, al igual que nuestras huellas, que se fusionan con las de tantos peregrinos que pasaron por el mismo sitio en estos siglos pasados.

¿Qué representa nuestras sombra en el Camino? Quizás es lo que éramos, nuestro ser anterior, nuestro pasado que siempre va con nosotros y forma parte de nuestra forma de ser. Aunque también puede representar nuestro futuro difuso, hacia dónde vamos y cómo nos va a transformar. Por ello, lo peor que nos puede pasar, es que nuestra sombra desaparezca para no volver.

2 comentarios:

  1. Hermoso relato. Me quedo con su idea que la sombra "puede representar nuestro futuro difuso, hacia dónde vamos y cómo nos va a transformar." De cualquier forma la sombra siempre nos acompañará durante toda nuestra existencia. Saludos cordiales.

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    1. Muchas gracias Mar por tu comentario, nuestro futuro siempre está ahí, difuso, como nuestra sombra ;-)

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