martes, 27 de agosto de 2013

Jornada 9. Los Arcos - Logroño

Mientras recorría los infames últimos kilómetros hasta Logroño, pensaba a la vez en la clase de tortura que infligirían en la Edad Media al que decidió asfaltar los últimos cinco kilómetros y pintarlos de rojo, así como en la gente que recorremos actualmente el Camino y los que lo hicieron siglos antes que nosotros.  

Lo peor de la entrada a Logroño es que la pintura roja no se ha mantenido y ahora parece más una vía que tiende al rosa y el responsable de la idea estará feliz en el salón de su casa, no habiendo caminado nunca sobre asfalto con una mochila a sus espaldas y botas en su vida. 


Respecto a los que caminamos y hemos caminado, como norma venimos con algo en la cabeza por resolver. Ya sea una búsqueda religiosa, espiritual, emocional o de cualquier otro tipo esperamos que el esfuerzo físico y un destino claro nos ayuden a buscar las respuestas tras las que andamos. 

Incluso los que vienen por simple turismo, sin más objetivo que pasárselo bien, si pasan suficientes días en el Camino, acaban abriéndose y descubriendo primero los "demonios" que llevan en su cabeza y la alternativa a esos problemas si prestan atención. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario