martes, 19 de agosto de 2014

Día 5 Coca - Alcazarén

Hay pocas cosas tan espectaculares como ver amanecer mientras vas caminando por el monte. Se produce un momento de pausa mientras rompe el horizonte el Sol.


Cada día es único el amanecer, el horizonte ha cambiado, el lugar en el que estoy es distinto y siempre espero que me sobrevuele un P-51 en dirección este mientras grito "¡el Cadillac de los cielos!".

Continúa la sucesión de pinares, campo de cultivo, pueblecito y más pinares. Desafortunadamente el café de ayer fue un pequeño oasis en medio del desierto y hoy ha tocado tirar de nuevo de las reservas de barritas de cereales. 


He dejado ya atrás la provincia de Segovia para entrar en Valladolid. Como he dicho antes sólo se ha notado en que las señales puestas en el Camino son diferentes. Algún día alguien aplicará la economía de escala en el sector público y verán que es mucho más barato comprar 500 mojones para todo el trayecto que el que cada provincia compre los 25 que le corresponden. 


Dos pensamientos solitarios y rápidos que me acercan a la locura de hoy: ¿Por qué la Federación de Fútbol no piensa en el colectivo de peregrinos, mayoritariamente atléticos, a la hora de poner el horario de la Supercopa? ¿Vivirá un descendiente del monstruo de los Monty Python (http://youtu.be/XcxKIJTb3Hg) entre la fauna castellana?

Y un poco de música de hoy para terminar: http://youtu.be/fBlx_JRJCrI

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