miércoles, 20 de agosto de 2014

Día 6 Alcazarén - Ciguñuela

Los rumores eran ciertos; todos los bares y cafeterías del Camino de Madrid abiertos por la mañana están en Valdestillas, primer pueblo al que llegué hoy. 

Puede parecer una tontería, pero afrontar un día como el de hoy, cerca de los cuarenta kilómetros, con un café y unas magdalenas cambia completamente la perspectiva, de muerto viviente a peregrino alegre. 


Hoy, bordeando la ciudad de Valladolid, el panorama ha cambiado poco hasta Simancas, pinadas y cultivos hasta el último tramo, sólo de cultivo sin una sombra y con buen sol para calentar las ideas.


He hablado poco de los pueblos en los que me he quedado, porque salvo Coca, ninguno me ha llamado particularmente la atención principalmente por la falta de servicios comparado con otras rutas peregrinas. 

No queda esto en el debe de los pueblos, claro está, (bueno, o no del todo) si no en la poca afluencia de peregrinos que tiene esta ruta. Y no será por falta de atractivos, paisajes espectaculares, práctica ausencia de tramos por carretera, buena comida... 

Quizás la saturación de la ruta francesa atraiga a más peregrinos a estas rutas alternativas, pero de nuevo, esta ruta llega al Camino Francés cuando queda la parte más saturada por recorrer. 


Reflexiones a un lado, sigo construyendo una estrecha relación con una ampolla en el talón derecho a la que he llamado Amparo, estaba hacendoso y he lavado los auriculares (están secándose con los dedos cruzados para ver si funcionan) y he ido a parar a un agujero de cobertura de Movistar así que no sé cuando podré publicar la crónica de hoy. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario